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¿Tomas Buenas o Malas Decisiones? ¿Sabes Por Qué?

liderazgo rodrigo del campo talento Jun 20, 2019

Rodrigo Del Campo

Todas las personas tenemos que tomar decisiones. Simplemente, es parte de la vida.

Por lo tanto, aprender tomar mejores decisiones es una de las habilidades más prácticas e importantes que podemos desarrollar.

Sin embargo, como todos los temas importantes, no es algo unidimensional. La decisiones más rápidas no siempre son las mejores, pero tampoco lo son las que más analizamos y pensamos.

Al mismo tiempo, si bien queremos cometer menos errores, especialmente errores costosos o con grandes consecuencias, no parece ser algo totalmente evitable.

Tomar una mala decisión puede ser un gran error, pero no tomarla puede implicar un error mucho mayor.

Entonces, ¿qué podemos hacer para tomar mejores decisiones?

La investigación de Hogan Assessment Systems ha mostrado que hay 3 fases claramente identificables cuando tomamos una decisión:

La primera tiene que ver con cómo nos preparamos para la decisión, es decir, cómo incorporamos información que nos pueda ayudar para tomarla. Esta fase está altamente influída por nuestra capacidad cognitiva o capacidad para captar el mundo.

Hay personas que tienen mayor facilidad para incorporar información verbal, entendiendo el mundo en base a conceptos y palabras y hay personas que reciben y procesan más rápidamente la información numérica.

Pero también hay diferencias en la velocidad con que las personas procesamos la información. Algunos procesan muy rápido y otros tienen que tomar decisiones de forma más intencional o deliberada.

Por lo tanto, un primer paso para mejorar nuestras decisiones es entender cuál es nuestro estilo de incorporación de información, antes de enfrentarla.

Una segunda fase está relacionada con los estilos de toma decisiones o con cómo enfrentamos la decisión una vez que hemos incorporado la información relevante.

Algunas personas prefieren maximizar los eventuales beneficios de su decisión, mientras otras priorizan el minimizar las potenciales amenazas que puedan derivarse de ella.

Hay quienes tienden a tomar cada decisión en forma separada, independientemente de lo que hayan decidido antes o crean que van a decidir después y otros prefieren que haya una consistencia en sus decisiones a lo largo del tiempo.

Finalmente, hay personas que tienden a utilizar su experiencia y conocimientos pasados, junto con la información específica para la decisión, mientras que otras prefieren considerar solo los datos relacionados con la decisión particular del momento.

Nuevamente, conocer nuestras preferencias en cada uno de estos ámbitos y estar consciente de ellas nos puede ayudar a tomar mejores decisiones.

Pero es la tercera fase la que marca la gran diferencia en la calidad de la toma de nuestras decisiones.

Esta tercera fase se relaciona específicamente con cómo las personas reaccionamos una vez que recibimos retroalimentación y, especialmente, cuando es evidente que hemos tomado una mala decisión.

Hay personas que prefieren mantener una actitud de mente fría al momento de recibir la retroalimentación, dejando de lado sus emociones lo más posible, mientras que otras tienden a ponerse a la defensiva.

Hay algunos que tienden a negar la retroalimentación y otros que tienden más a aceptarla, a veces demasiado.

Y, finalmente, hay quienes se conectan con la retroalimentación solo de forma superficial y otros que establecen una conexión genuina con lo que están recibiendo.

La investigación de Hogan Assessment Systems ha mostrado que esta última fase es la que suele marcar la mayor diferencia en la calidad de las decisiones que tomamos. Las personas que toman mejores decisiones a lo largo del tiempo no cometen menos errores en cada decisión. La tasa de acierto es alrededor de 50%. La gran diferencia está en qué tan abiertos estamos a recibir la retroalimentación, conectarnos con ella genuinamente y, eventualmente, cambiar una mala decisión o, incluso, cambiar una buena decisión por una mejor.

Por ejemplo, es públicamente conocido que Apple desarrolló primero el iPad que el iPhone, pero cuando vieron lo que era posible hacer con la tecnología que habían desarrollado, lanzaron primero el iPhone y revolucionaron el mercado de una manera que una tablet nunca podría haberlo logrado.

Todas las características mencionadas arriba y que influyen en nuestras decisiones, pueden ser medidas de manera científica, precisa y confiable a través del cuestionario Judgment de Hogan Assessment Systems, el cual genera un in

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