Disrupción Personal Vs. Disrupción del Mercado

Rodrigo Del Campo

Es común, en el mundo del emprendimiento, hablar de la necesidad de generar empresas y soluciones disruptivas, que representen una reinterpretación totalmente nueva de la manera de hacer las cosas en el mercado.

Sin lugar a dudas, ese tipo de emprendimientos es altamente deseable cuando representa una generación de valor exponencialmente superior a lo que ha existido previamente.

Sin embargo, las soluciones disruptivas, por su propia naturaleza, son escasas y muy difíciles de generar.

Muchas de las soluciones que se promueven como disruptivas no suelen ser más que "vino añejo en botellas nuevas", es decir, soluciones conocidas pero con un empaque nuevo, que no cambia significativamente las cosas.

A menudo, una apuesta mucho más útil para los Emprendedores Exponenciales es enfocarse en generar Disrupción Personal, es decir, reinterpretaciones significativas acerca de quiénes somos, qué podemos lograr, cómo entendemos que funciona el mundo y cuál es el mayor valor que podemos generar.

Esa suele ser una fuente mucho más rica de innovación y generación de valor, aunque requiere un trabajo personal que puede ser mucho más difícil. Después de todo, generar disrupción en el mundo de otras personas es más llevadero que generar disrupción en nuestro propio mundo.

Hacernos preguntas como las que plantea Jerry Colonna, un conocido Coach de emprendedores de alto nivel en Estados Unidos, tales como, "¿En qué medida has sido o estás siendo cómplice de las circunstancias en que te encuentras?" o la pregunta central del proceso de eliminación de inmunidades al cambio de Robert Kegan: "¿Qué estás haciendo o dejando de hacer que evita que logres todo lo que quieres lograr?" nos pueden llevar a niveles de autoconciencia estratégica mucho más profundos, que pueden movilizar cambios muy significativos en la forma cómo nos interpretamos a nosotros mismos y al mundo a nuestro alrededor.

Cada uno de nosotros construye su mundo a través de las interpretaciones que hacemos, pero la forma como lo construimos no necesita mantenerse fija a lo largo de nuestras vidas. Las personas podemos desarrollar nuestra capacidad para interpretar nuestras propias capacidades y preferencias, así como nuestro entendimiento del mundo, generando interpretaciones más potentes y que generen mucho más valor para nosotros y quienes nos rodean.

Por supuesto, hacerse este tipo de preguntas no es fácil y normalmente funciona mejor cuando el proceso es facilitado por un Coach o facilitador que nos ayude a formular las preguntas, mantenernos enfocados, por muy incómodo que sea, y tomar acción decidida una vez que hemos generado nuevas interpretaciones.