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¿Cambia la Personalidad con el Tiempo?

maría josé goycoolea talento Jun 15, 2020

María José Goycoolea

“La personalidad es la fuerza impulsora detrás del comportamiento humano”, sostienen los más de 30 años de investigación de Hogan Assessments, afirmación que se basa en la teoría socio-analítica, que integra la teoría interpersonal con la psicología evolutiva.

La teoría socio-analítica, desarrollada por el Dr. Robert Hogan, Presidente y Fundador de Hogan Assessments Systems explica que la naturaleza humana es característicamente social. Las personas siempre viven en grupos, los que -a su vez- siempre tienen una jerarquía, con una estructura de poder bien definida, y un líder. Adicionalmente, las personas necesitan tener un sistema de significado, como lo son la religión, la filosofía o la ciencia, lo cual les ayude a darle un sentido al mundo.

“Como consecuencia de estas tres cosas, las personas siempre tendrán tres motivaciones principales: llevarse bien con los demás (cooperación), avanzar respecto a los demás (competencia) y encontrar significado. La personalidad es lo que determina cómo las personas trabajan para alcanzar esos objetivos y en qué medida los alcanzan”, afirma Hogan.

Los cambios en la personalidad -cuando se producen- no son de un día para otro, si no que suceden de forma paulatina. El comportamiento espontáneo puede cambiar en el día a día, pero la personalidad -como concepto- se refiere a patrones de comportamiento que vemos constantemente, a lo largo del tiempo, y que se van instalando como aprendizajes. Nuestras experiencias y vivencias personales nos han llevado a ser las personas que somos hoy y existen razones concretas -con sustentos profundos e instalados en nuestro consciente y subconsciente- por las cuales hacemos una cosa y no otra. Construimos lentamente esos argumentos porque necesitamos darle sentido a lo que hacemos y vivir bajo los valores que consideramos correctos.

Para entenderlo de una forma simple, podemos hacer una analogía para describir los cambios de personalidad, por ejemplo, con el clima. Si bien no podemos predecir el clima diario con demasiada precisión, tenemos una idea de lo que es probable que suceda. Es mucho más fácil predecir patrones climáticos por regiones y/o estacionales. Al igual que el clima diario, el comportamiento puede cambiar de momento a momento o contexto a contexto. Pero la personalidad es más similar al clima regional y estacional, donde lleva tiempo ver el cambio.

Mediciones con Alta Validez Predictiva

La personalidad impacta nuestros comportamientos los que -en su conjunto- impactan nuestra reputación. Por ello, cuando evaluamos una variable que tiende a mantenerse en el tiempo y cuyos cambios son paulatinos, es más fácil predecir desempeño futuro y la reputación de una persona.

¿Esto quiere decir que las personas no pueden cambiar? Por supuesto que todos podemos cambiar, el punto es si queremos pedirle a alguien que cambie, la pregunta más apropiada sería por qué quiero que cambie, ya que ello impactará en su desempeño y reputación.

Cuando trabajamos en desarrollo, específicamente en coaching ejecutivo, lo que intentamos trabajar con el coachee son sus comportamientos y el impacto de los mismos. Sin embargo, tomará tiempo antes de que otros lo noten (pues debe hacer un esfuerzo para instalarlos), y esos cambios no se desviarán mucho de sus tendencias naturales. La personalidad es bastante estable; es decir, las personas no cambian demasiado una vez que alcanzan cierta edad.

Los puntajes de las pruebas de personalidad también pueden ser muy estables cuando la evaluación está bien construida. Una persona que -luego de un tiempo- vuelve a tomar una prueba de personalidad de calidad, es altamente probable que obtenga resultados muy similares. En tanto, volver a tomar una prueba de personalidad con baja validez predictiva puede tener resultados dramáticamente diferentes, incluso en cortos períodos de tiempo.

Construyendo pruebas de personalidad confiables

Hogan ha invertido mucho tiempo pensando en la diferencia entre identidad y reputación, especialmente cuando desarrollaron las evaluaciones de personalidad. La identidad -o la forma en que pensamos acerca de nosotros mismos- a menudo cambia y frecuentemente puede ser egoísta, lo que la convierte en una base pobre para construir evaluaciones de personalidad.

La reputación -o cómo piensan los demás sobre nosotros- es a menudo más estable y una forma más útil de construir evaluaciones de personalidad que predicen el desempeño laboral. El mejor predictor del comportamiento futuro es el comportamiento pasado. Debido a que la reputación refleja el comportamiento pasado, la reputación es el mejor predictor del comportamiento futuro.

Hogan ha validado sus evaluaciones haciendo que las personas tomen esas pruebas y luego pidiendo a otras personas que los conocen, tales como pares, reportes directos y jefes, que describan cómo los ven. Los datos de evaluación y las calificaciones de los observadores, junto con los datos de revisión del desempeño laboral, metas de desempeño por objetivos y encuestas en 360 grados, se almacenan en una base de datos con datos de personalidad de varios millones de personas. Una vez que alguien ha realizado las evaluaciones de Hogan, es más preciso establecer relaciones y correlaciones de esa información para predecir si la persona podrá hacer un trabajo, cómo se comportará en el trabajo e -incluso- si le gustará el trabajo.

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